
De idea a realidad
Todo comenzó en 2024, tras el nacimiento de mi primer hijo.
Buscaba algo práctico para organizar sus cosas y me topé con un vídeo viral en Instagram que mostraba un hack de Ikea: unos adaptadores 3D para la trona Stokke Tripp Trapp que permitían incorporar una caja Trofast. Aunque descargué un modelo 3D de Internet, no era lo que buscaba. Entonces decidí crear mi propio diseño desde cero, mejorándolo con dedicación y mucha prueba y error.
Lo que empezó como una solución para mi hogar, pronto se convirtió en una idea de negocio al descubrir que más personas tenían la misma necesidad. Así nació mi tienda, donde cada producto refleja no solo creatividad, sino también el deseo de hacer la vida más sencilla y organizada para otras familias como la mía.
Como llevo a cabo mis proyectos
La impresión 3D nos permite transformar ideas en productos reales, útiles y adaptados a las necesidades de cada uno.
Para llevar a cabo mis creaciones, empleo las siguientes 3 etapas
01.
Darle forma a la idea
Todo comienza con una necesidad. Cuando detecto algo que puede facilitar la vida diaria o un cliente me pide algo, diseño un esbozo con medidas precisas para darle forma a la idea.
02.
De idea a prototipo
Utilizando software de diseño 3D, creo un primer prototipo. Si es un producto 100% personalizado, valido que al cliente le guste y finalmente lo paso al laminador para imprimirlo.
03.
De prototipo a producto
Dependiendo del tipo de producto, es difícil que salga perfecto a la primera; itero con varios ajustes e impresiones hasta alcanzar el diseño ideal. Posteriormente, si es preciso, realizo pruebas de resistencia para asegurarme de que el material y los patrones de relleno cumplen con su propósito. Finalmente, tras una sesión fotográfica para captar su esencia, el producto está listo para ser ser entregado o puesto en la tienda.
Algunos de mis trabajos



